GESTIÓN DEL RIESGO

 


Ya estamos comenzando el camino de ahorrista a inversor.

Como inversor seguramente lo que buscas es ganar dinero, y la forma de medir lo que ganas es lo que llamamos RENTABILIDAD.

La rentabilidad relaciona lo que has ganado con lo que has invertido en un periodo de tiempo.

En algunas ocasiones esa rentabilidad se puede conocer de antemano pero otras veces no, y eso depende en gran parte del instrumento elegido.

Si conocemos de antemano el rendimiento que se va a obtener podemos decir que estamos en presencia de una inversión con cierta certeza. Si por el contrario, no podemos conocer el rendimiento de antemano, a ese nivel de incertidumbre sobre el resultado final lo llamamos RIESGO.

Todo inversor debe buscar maximizar la rentabilidad tratando de manejar el riesgo al cual está dispuesto a tolerar.

 

Imaginemos esta situación. Supongamos que puedes elegir entre dos inversiones, la inversión A y la inversión B.

En ambos casos comenzas invirtiendo $10.000 y al cabo de 5 años, con las dos inversiones llegas al mismo resultado final de $ 30.000.

Hasta ahí todo igual. La diferencia se da en que la inversión A se va incrementando en forma continua sin caídas. Siempre al alza hasta el resultado final.

La inversión B por el contrario, comienza con pérdidas en los primeros años, hasta que llega al mismo resultado al final del periodo.

 



 









❓❓  ¿Qué inversión elegirías? ¿La A o la B?

 

Si bien las dos llegan al mismo resultado final, nos animamos a elegir por vos la inversión A, dado que es la alternativa que no sufre sobresaltos durante el trayecto, y al fin y al cabo obtiene la misma rentabilidad.

 

Pero ahora agreguemos un cambio a la situación de inicio. Ahora el resultado de la inversión B es mayor que el de la inversión A.

 

La Inversión A sigue siendo la misma, sin altibajos en su recorrido hasta llegar a los $ 30.000, pero ahora la inestable Inversión B, tiene una recompensa mayor al final de los 5 años, al convertirse en $50.000.

 



 










Si ahora lanzáramos la misma pregunta, ¿Qué inversión elegís? Ya no nos animaríamos a responder por vos.

Quizás seas de los que piensan sus inversiones a largo plazo, y están dispuestos a asumir algo de riesgo con tal de obtener una rentabilidad mayor, en ese caso optarias por la inversión B.

O puede que seas de ese tipo de personas que de solo pensar que tu inversión va a sufrir pérdidas temporales sufris, y preferís no pasar por ese momento y seguir con una rentabilidad un poco menor pero transitar tranquilo esos 5 años. En este caso seguirías con la tranquila opción A.

 

La realidad

 

Siento decirte que este ejemplo está muy alejado de la realidad. Difícilmente puedas obtener de antemano los datos de cómo va a desarrollarse cada inversión y así elegir con tranquilidad y efectividad.

La alternativa de inversión A se parece mucho a un plazo fijo. Al momento de constituirlo conocemos la tasa (rendimiento), el periodo y el resultado final. Una inversión “segura” podríamos decir, aunque en Argentina aprendimos que no hay nada seguro. El problema de esta inversión segura es que el rendimiento es menor. Basta comparar la tasa más alta que pagan los bancos, alrededor del 37% anual, con la inflación del 47,3% anual (*) para darnos cuenta de que en términos reales el rendimiento es negativo, dado que la evolución de los precios de los bienes y servicios crece más que el rendimiento de la tasa pagada por los bancos.

Si queres obtener mayor rentabilidad para tus ahorros tendrás que asumir esa incertidumbre con otro tipos de inversiones con más riesgo.

La gran diferencia en el riesgo de los distintos instrumentos radica en el hecho de que cuando hacemos un Plazo Fijo o compramos un Bono por ejemplo, nos convertimos en ACREEDORES, sea de un banco o de un gobierno. En cambio, cuando compramos acciones por ejemplo, nos convertimos en ACCIONISTAS, y como tales, asumimos el riesgo del negocio en el cual decidimos participar, y compartiremos como buen socio, las pérdidas y las ganancias.

Sabemos que a nadie le gusta correr riesgos, pero les tenemos una noticia, el riesgo se puede controlar, y de eso se trata el artículo de hoy: Cómo minimizar el riesgo para buscar obtener un rendimiento mayor. Y eso vamos a ver ahora.

El experimento de Wagner y Law  🔬

Allá por 1971, los autores de “The effect of diversification on risk”, formaron carteras con distintas cantidades de acciones (una, dos, tres, etc.) y midieron el riesgo de las distintas carteras (el desvío estándar de sus rendimientos).

Con los datos del experimento generaron el gráfico que vemos a continuación:









Como podemos ver en el gráfico, a medida que vamos incorporando acciones a nuestra cartera de inversión, el riesgo baja. El riesgo baja sustancialmente cuando pasamos de una sola acción a dos. Sigue bajando, aunque menos, cuando pasamos de dos a tres acciones, y así sucesivamente.

A medida que vayamos incorporando más acciones a nuestra cartera, el riesgo seguirá bajando pero cada vez menos. Incluso podríamos decir que una vez superadas las diez acciones, la disminución de riesgo por la incorporación de una acción más es baja.

El numero ideal de acciones a tener en cartera esta entre 10 y 30. Y el tiempo que pueda dedicarle al seguimiento y control de su cartera va a determinar si el numero estará más cerca de 10 o más cerca de 30. Una cartera con 30 acciones demandará un mayor esfuerzo para su seguimiento, que una cartera con 10 acciones, y la disminución del nivel de riesgo ya vimos que deja de ser significativa en esos niveles.

Con todo esto podemos ver que, con la DIVERSIFICACION, en una cartera de entre 10 y 30 activos, logramos reducir considerablemente el riesgo, pero no eliminarlo totalmente. Podemos incorporar cientos de acciones que el riesgo seguirá en un nivel similar al que vemos en el gráfico para 30 papeles.

Debemos grabarnos a fuego esta afirmación: “EL RIESGO NO PUEDE ELIMINARSE, PERO SÍ REDUCIRSE”. La parte del riesgo que se puede eliminar vía diversificación, sumando entre 10 y 30 acciones, se llama RIESGO UNICO o RIESGO NO SISTEMATICO; mientras que la parte del riesgo que no se consigue eliminar vía diversificación se denomina RIESGO DE MERCADO o RIESGO SISTEMATICO. Ambos conceptos nos serán de mucha utilidad para armar una cartera con control del riesgo total, ya veremos cómo.











 

Gracias al experimento de Wagner y Law, aprendimos que si logramos armar una cartera que tenga entre 10 y 30 acciones, parte del riesgo quedará eliminado, lo que llamamos el riesgo único. Solo nos quedará trabajar sobre la otra parte del riesgo total, el cual no podemos eliminar vía diversificación, pero que sí se puede reducir.

Por lo tanto, el riesgo total de una cartera bien diversificada dependerá exclusivamente del riesgo de mercado de los activos que la componen.

Para esto, existe una medida de riesgo de mercado para cada acción individual, que nos permite fácilmente saber antes de comprar la acción, si estamos contribuyendo o no a minimizar el riesgo total de la cartera. Esa medida se llama BETA.

El beta de una acción individual es la porción de riesgo de mercado de dicha acción. Mide la relación que existe entre el rendimiento de una acción individual y el mercado en donde participa.

El coeficiente Beta será un numero en torno a 1 y puede ser consultada en cualquier pagina de inversiones como Yahoo! Finanzas por ejemplo:


-       - Si el Beta de una acción individual es MAYOR A 1, significa que la acción es mas riesgosa que el mercado.

-        - Si el Beta de la acción individua es IGUAL A 1, es igual de riesgosa que el mercado; y

-        - Si el Beta de la acción es MENOR A 1, es menos riesgosa que el mercado.

 

El coeficiente Beta de una acción refleja la sensibilidad de ese activo respecto al mercado en el que se mueve. Es decir, si tenemos una acción que tiene un beta MAYOR a 1, cualquier movimiento que haga el mercado será amplificado por la acción. Veamos un ejemplo, la acción de TESLA tiene un Beta de 2. Eso significa que va a amplificar en gran medida el movimiento que haga el SP 500 que es el mercado de Estados Unidos en donde cotiza la acción. Si esperamos que el índice de Estados Unidos vaya al alza, se podría esperar que la acción de TESLA duplique en promedio ese movimiento alcista; pero la amplificación también se da a la baja, si esperamos que los mercados de EEUU caigan, la acción de TESLA podrá caer en promedio el doble que los índices.

Una acción como Coca Cola por ejemplo, con un beta de 0,61, será mucho menos sensible a los movimientos del mercado. Si el SP500 sube o baja, la acción de Coca Cola seguramente lo seguirá pero con un movimiento mucho menos marcado. Es un papel menos sensible a los cambios. Si el SP500 subiera un 1%, podríamos esperar que Coca Cola subiera un 0,61%. Pero si el SP500 baja un 1%, Coca Cola baja solo un 0.61%.

Es muy importante conocer el Beta de los activos que vamos a sumar a la cartera, no solo como medida de riesgo (elegir acciones con Betas menores a 1 nos reportará una cartera menos expuesta al riesgo), también como medida de rentabilidad, ya que si esperamos que cierto mercado vaya a tener un buen desempeño, podemos sumar en ese caso alguna acción con un Beta mas elevado para aprovecharnos y potenciar esa posible suba.

Si el mercado del petróleo por ejemplo, espera una suba, podría resultar interesante conocer las Betas de las distintas compañías petroleras cotizantes.

 

Apliquemos estos conceptos

Tal y como se desprende del experimento visto de Wagner y Law, una cartera diversificada con entre 10 y 30 acciones elimina una parte del riesgo, el llamado Riesgo Único. Sin embargo, vimos también que otra parte del riesgo no logra eliminarse con la diversificación, el Riesgo de Mercado. Es por ello que podemos decir que el RIESGO TOTAL de una cartera bien diversificada, solo va a depender de las Betas de las acciones que componen dicha cartera. Para eso será importante sacar el promedio ponderado de la Beta de nuestra cartera.

Supongamos que tenemos dos carteras, la A y la B. La cartera A tiene un Beta promedio de 0,5 en tanto que la cartera B tiene un Beta promedio de 2. Veamos cómo quedaría ahora representado el grafico de Riesgo Total para estas dos carteras.


 

Tal como se puede apreciar en el gráfico, una cartera bien diversificada con beta igual a 2 tiene cuatro veces mas riesgo que una cartera bien diversificada con beta igual a 0,5.

Supongamos que ya tenemos una cartera armada con 10 acciones, y el beta promedio de la cartera es 1,5. Si pensamos en incorporar una acción número 11, deberíamos ver el Beta de esa nueva adquisición. Si esa nueva acción tiene un Beta mayor a 1, le estaríamos sumando riesgo a la cartera, si en cambio tuviera un Beta menor a 1, le estaríamos quitando riesgo al total de la cartera.

 

Calculo del Beta Promedio de la Cartera

 

El Beta de una cartera es directamente proporcional a los Betas de las acciones que la componen. Supongamos que tenemos la siguiente cartera:

 

ACCION                                          BETA                                 PROPORCION DE LA CARTERA

Coca Cola                                       0.61                                                                 7%

Disney                                             1.20                                                                 21%      

Microsoft                                        0.79                                                                 32%

Google                                             1.02                                                                 40%

 

El Beta promedio de la cartera surgirá de la ponderación de las betas individuales de las acciones en función de su participación en la cartera. El cálculo sería el siguiente:

 

Beta cartera = (0.61 * 0.07) + (1.20 * 0.21) + (0.79 * 0.32) + (1.02 * 0.40)

Beta cartera = 0.95

Nuestra cartera ejemplo tiene un Beta resultante muy cercano a 1, apenas por debajo, lo que refleja una sensibilidad muy pegada al índice que lo incluye, en este caso el SP500.

Si deseamos tener una cartera con una baja exposición al riesgo, las acciones que sigamos incorporando deberán tener una Beta menor o bien darle mas participación en la cartera, a acciones con betas bajas.

Hasta aquí hemos visto dos herramientas que nos permiten gestionar el riesgo de nuestra cartera de inversión. La DIVERSIFICACIÓN, con entre 10 y 30 acciones, en lo posible de sectores diferentes y países diferentes; y el COEFICIENTE BETA, que nos permite conocer el riesgo individual que aporta cada acción seleccionada a nuestra cartera total.

Otra forma que permite acotar el riesgo de una operación en Bolsa es intentar establecer antes de comprar una acción, la perdida y la ganancia potenciales de la misma. Es decir, ayudados por el gráfico de la acción, definir de antemano en qué momento venderíamos en caso de que la acción salga en la dirección no deseada (lo que llamamos el Stop Loss), y definir también el precio al cual podría llegar la acción en caso de salir en la dirección esperada al momento de comprar.

De la relación entre beneficio potencial y riesgo de pérdida potencial saldrá la decisión de si vale la pena o no comprar el papel. Aquí entran a jugar mucho conceptos del análisis técnico como los SOPORTES y las RESISTENCIAS. Si en el momento que estamos por comprar, el precio de la acción se encuentra muy cercano a un nivel de resistencia, la probabilidad de que el precio toque ese nivel y se vuelva a la baja es alta, por lo que el posible beneficio del trade a priori podría resultar no muy atractivo. 

Si en cambio, al momento de planificar una compra, el precio se encuentra apenas por encima de un soporte, se podría colocar un stop loss apenas por debajo de ese nivel y el beneficio tendría el recorrido hasta donde identifiquemos una resistencia.

Los análisis que permitan identificar una relación beneficio-riesgo mayor, serán compras que probablemente nos hagan correr menos riesgo y aprovecharnos de retornos mayores.


Con todo lo visto en este articulo ya puede comenzar a diagramar su cartera en función al riesgo que este dispuesto a asumir, y si ya cuenta con una cartera de inversión podrá repasarla y actuar en caso de que quiera modificar su nivel de exposición al riesgo.

👉Como siempre les decimos, en Momentum estamos para ayudarle en ese momento clave que es un correcto armado de la cartera, no deje de consultarnos.