Las Finanzas en la pareja

 


“¿Prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, hasta que el dinero los separe?”.

 

Las Finanzas son uno de los principales motivos de separación en España de acuerdo con una nota publicada recientemente en el diario El País. Algo similar ocurre en EEUU, Ecuador y Colombia donde el último registro de 2022 ubica al dinero como la causa numero uno de divorcios en ese país. Si bien no hay datos sobre esto en Argentina, creemos que si la situación actual es compleja para la economía individual, ni hablar cuando se trata de a dos.

Con el artículo de hoy vamos a intentar que la pareja no se separe al menos por motivos económicos, el resto de los motivos no está a nuestro alcance.

A decir verdad no existe una receta única para gestionar las finanzas de a dos. De lo que sí estamos seguros es que es un tema del cual se debe hablar en pareja, sea que se trate de una relación de poco tiempo o una familia constituida.

¿A partir de qué momento es que la pareja debe comenzar a hablar de dinero? A medida que la relación avanza y ambos van sintiendo mayor confianza, complicidad y se van comprometiendo con el paso del tiempo, las conversaciones sobre el dinero tendrán que darse.

A la hora de planificar un viaje juntos, emprender un proyecto de a dos, alquilar juntos, casarse, etc., cuanto más claros estén los temas relacionados a la gestión del dinero común, más rápido se van a ir dando y menos problemas a futuro. Una pareja con una adecuada salud financiera llega más rápido a los objetivos y fomenta una sana complicidad.

Si estas leyendo esta nota y llevas varios años en pareja sin esta salud financiera de a dos no te preocupes, siempre se está a tiempo de empezar.

El primer paso es instalar el tema. Hablar de dinero muchas veces es un tema tabú y más cuando se trata de la pareja. Existen quienes creen que pueden perder cierta independencia: “lo mío es mío y lo tuyo es tuyo”, sin evaluar que existen gastos y proyectos comunes que si no se coordinan, a la larga pueden llevar a problemas o a metas que nunca se alcancen.

Es importante encontrar espacios y momentos relajados para comenzar a charlar sobre estos temas. Y el punto de partida ideal, como casi siempre en el mundo de las Finanzas, es definir los sueños, los objetivos. Sea un viaje, vivir juntos, comprar un auto, o el proyecto común que sea, definir el propósito va a actuar como motivación (motivo para la acción) y será el puntapié inicial para la parte de las Finanzas que requieran ser gestionadas en común.

Cada persona tiene su personalidad a la hora de gestionar el dinero. Algunos son más precavidos, otros más gastadores, los hay ahorradores, arriesgados, temerosos, etc. El caso es lograr el equilibrio de manera tal que cada uno pueda tener su propio comportamiento financiero, sin que ello comprometa el estabilidad económica de la pareja.

Ahora bien, dada la charla y definidos los objetivos, se necesitan recursos para su consecución. Si bien la teoría nos diría que el paso siguiente sería elaborar un presupuesto de los gastos comunes, preferimos en primer lugar por comenzar a establecer un Fondo de Ahorro Común. ¿De qué se trata? Ni más ni menos que una cuenta en común hacia donde se canalizará el ahorro destinado a planes en pareja (los proyectos en común antes enunciados).

Lo ideal es que cada uno aporte a esa cuenta común inmediatamente el día que reciban su salario. El monto a aportar será acordado entre ambos y lo ideal sería definir un porcentaje dado que pueden recibir ingresos distintos y una suma fija puede resultar desigual para alguna de las partes.

Esa cuenta en común podrá ser una cuenta bancaria, una cuenta comitente en un broker, ahorros en moneda extranjera, etc. El caso aquí es comenzar con este hábito financiero saludable, de a dos.

Y para que el hábito se vea como algo positivo y motivante, es muy conveniente comenzar a educarse financieramente de a dos. Asistir juntos a capacitaciones de educación financiera, leer juntos sobre temas de Finanzas Personales, compartirse mutuamente noticias e información sobre la materia, animarse juntos a incursionar en nuevos instrumentos de inversión, etc., un camino que puede ser divertido de transitar juntos y que no quita la independencia que a muchos les gusta tener con parte de su dinero.

Objetivos definidos, cuenta en común, aportes periódicos a dicha cuenta y educación financiera. Ya habrán avanzado mucho. Ahora si será el momento del presupuesto de gastos comunes, algo que a muchos suele estresar pero que si se lo trata de a dos se hace más llevadero.

El presupuesto en la pareja debe cumplir con las mismas normas que el presupuesto individual, es decir, se deberá procurar que los gastos sean menores que los ingresos.

Existen dos maneras de gestionar estos gastos y acá es donde decimos que no hay una receta única:

-        Finanzas juntas: En este caso todo lo que gane cada parte va a ser integrado en una cuenta conjunta y se va a gastar según el presupuesto que hicieron juntos. La teoría de las Finanzas Personales dice que es la mejor forma de llevar las finanzas cuando se trata de una relación a largo plazo. Es importante que este presupuesto incluya todos los gastos, ahorros, deudas adquiridas tanto en conjunto como por separado, gastos libres, educación para los hijos, etc.

 

-        Reparto de obligaciones: Para realizar este presupuesto se deben incluir solamente los gastos en conjunto, el ahorro en conjunto, un sueño que motive a los dos, y el pago de las deudas contraídas en conjunto solamente. Tanto el reparto de los gastos comunes como el aporte a la cuenta común de ahorro debe hacerse teniendo en cuenta el nivel salarial de cada uno, con el fin de evitar un endeudamiento innecesario por parte de uno de los miembros de la pareja o, la limitación en sus gastos personales que podría significar una suma fija en alguien que pocos ingresos. Se debe acordar un porcentaje justo para ambos y sobre todo mucha empatía, no todos somos iguales en la relación con el dinero y por lo general traemos una formación familiar muy arraigada que no necesariamente es la mejor.

Y si prefieren llevar cuentas de ahorro e inversión por separado, será prudente que se pongan de acuerdo respecto del destino a darle a ese ahorro, de modo tal que se diversifique en distintos tipos de activos y no que cada uno esté invirtiendo en lo mismo por separado.

 

 

Otro aspecto a tener en cuenta en las finanzas en pareja es la importancia de tener un fondo de emergencias para imprevistos, el cual debe siempre cumplir los requisitos de liquidez y reserva de valor. ¿Te suena a algo? Cualquier semejanza con el Dólar es pura coincidencia.

La tensión en la pareja que genera el stress financiero producto de la falta o del mal manejo del dinero puede ser motivo de grandes crisis. Y si no se llega a una crisis, el riesgo de quedarse cortos en los objetivos comunes también debe ser contemplado a la hora de sentarse a hablar de dinero.

Existirán diferentes criterios para la toma de decisiones que involucran aspectos económicos, como por ejemplo cuánto gastar en vacaciones, el destino a elegir, contraer una deuda o utilizar los ahorros, realizar o no una determinada compra grande, etc. Distintas personalidades y los proyectos comunes que demandan recursos en común pueden dejar a la vista diferencias que si no se charlan a tiempo, pueden representar problemas a futuro.

Algunos psicólogos llaman “infidelidad financiera” al fenómeno que consiste en ocultar aspectos sobre sus finanzas o las finanzas compartidas al otro miembro de la pareja. Entre los comportamientos más frecuentes se encuentran: Ocultar parte del ingreso o un aumento, gastar a escondidas y mentir sobre una deuda contraída.

Nada que no se resuelva con reglas claras, sueños en común y sobre todo EDUCACIÓN FINANCIERA. Y si se trata de una pareja con hijos, las charlas sobre dinero deben ser tenidas delante de ellos. Dinero no es una mala palabra, y cuanto antes comiencen a familiarizarse con esos temas mejor.

Es importante crear un clima de confianza donde se converse abiertamente sobre estos temas. Y para eso es muy necesaria y urgente la educación financiera desde jóvenes para tener más herramientas y poder tomar mejores decisiones con nuestras finanzas personales y familiares. Capacitarse en pareja puede ser el mejor plan, así que la próxima salida romántica ¿Quién dijo que no pueda ser a una charla de Finanzas? ¡Y si es a una de Momentum Finanzas mucho mejor!

 

Las parejas inteligentes no pelean por dinero, lo generan, lo multiplican y lo invierten juntos.