Invertir en China
Quienes nos siguen en nuestros distintos artículos habrán notado que nos volvimos cautos con la renta variable en Estados Unidos, y empezamos a mirar con mejores ojos las oportunidades que podrían llegar a venir de la mano de los países emergentes.
En una nota anterior hablamos sobre invertir en Brasil, donde hicimos un pequeño recorrido sobre su economía, su política, nuestra visión a futuro y las distintas alternativas para invertir desde Argentina en ese país. Hoy hacemos lo mismo con otra economía emergente: China.
China es la segunda economía más grande del mundo y un actor fundamental en el comercio global. Con una población de más de 1.400 millones de personas y un sistema de gobierno basado en el socialismo, liderado por el Partido Comunista, el país ha experimentado una transformación económica extraordinaria desde las reformas iniciadas en 1978.
La economía china combina un fuerte control estatal con una apertura al mercado especialmente en sectores industriales, tecnológicos y de exportación. Este modelo ha permitido un crecimiento sostenido durante décadas, aunque también enfrenta desafíos como la regulación de sus grandes empresas tecnológicas y una larga tensión comercial con Estados Unidos.
A pesar de la magnitud de su economía, la bolsa china no ha alcanzado el crecimiento de otros mercados internacionales. Entre las principales razones podemos mencionar:
- Intervención estatal: El gobierno chino regula fuertemente el mercado, lo que desincentiva el libre flujo de capitales.
- Restricciones para inversores extranjeros: Aunque ha habido avances como el programa "Stock Connect" todavía existen barreras de entrada para capitales de afuera.
- Desafíos macroeconómicos: La desaceleración del crecimiento económico y la incertidumbre en torno a la regulación han afectado la confianza de los inversores.
- Tensión geopolítica: La relación con Estados Unidos sobre todo con el reciente triunfo de Trump y su promesa de campaña de incrementar las retenciones en el comercio con China, suma aún más incertidumbre.
Ahora bien, así como te contamos las amenazas y debilidades que afectan al mercado chino, también tenemos para contarte sus fortalezas, a saber:
- Aumento del consumo interno: La transición hacia una economía más orientada al consumo podría beneficiar a empresas de tecnología, salud y bienes de consumo, y las últimas medidas tomadas a fines del año pasado por el gobierno chino van en esa dirección.
- Tecnología y energías renovables: China lidera sectores como la inteligencia artificial, el 5G y la fabricación de vehículos eléctricos, áreas con gran potencial de crecimiento.
Ahora sumemos un poco de actualidad y nuestra visión sobre la bolsa China.
Si bien el mercado de valores de China no viene teniendo un buen desempeño desde hace ya un tiempo, el resultado de las últimas elecciones en EEUU con Trump a la cabeza hizo que la bolsa cayera fuertemente.
Desde el día de las elecciones en Estados Unidos, el mercado parece haber interpretado las políticas de "Primero Estados Unidos" del presidente electo Trump, como algo positivo para las acciones estadounidenses y una mala noticia para las acciones de los mercados emergentes.
Si nos remontamos a 2016, cuando Trump ganaba por primera vez las elecciones a Presidente de EEUU, pasaba algo similar. Acciones estadounidenses liderando las ganancias y los mercados emergentes, con China a la cabeza, fueron los que más sufrieron.
¿Qué sucedió después? La tendencia cambió rápidamente. Para sorpresa de muchos, durante el primer año de la presidencia Trump en 2017, las acciones de los mercados emergentes fueron las que tuvieron el mejor desempeño y China encabezó la lista. Quizás esto de que cuando se espera algo muy malo es cuando menos riesgo termina habiendo, haya tenido que ver en la buena performance de la bolsa.
Veamos a continuación un gráfico que explica esto que te contamos. Se trata de un gráfico elaborado por Bloomberg donde muestra la reacción de los distintos mercados el día de las elecciones en 2016 (triunfo de Trump), y luego cómo le fue a esos mismos mercados pero no en un día, sino en todo el año siguiente a esas elecciones. En color azul el mercado de EEUU (SP500) y en amarillo China.
Fuente: Bloomberg.
En la imagen de más a la izquierda se puede ver cómo desde el día de la elección en 2016 hasta fin de ese año, el SP500 crece un 5%, mientras que la bolsa China se desploma casi un 6% el mismo período. A la derecha vemos cómo el año siguiente a la elección (2017) la bolsa china fue la más ganadora con más de un 50% contra un 20 del SP500. Por último, en el gráfico del medio se ve lo que pasó recientemente en 2024 con la nueva elección que ganó Trump, en donde parece verse repetir casi la misma situación que en 2016. ¿Acaso se puede repetir la historia de 2017 y ser el 2025 el año de la bolsa China?
Veamos un nuevo gráfico, ahora de la bolsa China específicamente. La idea es ver cómo le fue a ese mercado los cuatro años que duró la presidencia Trump en EEUU, y qué pasó después de Trump.
Gráfico de elaboración propia.
Tal como se puede observar en la imagen, la bolsa china creció un 88% durante los 4 años de la presidencia Trump, para luego corregir a la baja los años siguientes hasta estos días. Con la lupa de la historia, China no parece verse tan afectada por las políticas Trump como se suele ver en los medios.
Volvemos entonces a lanzar la pregunta: ¿Podría ser que en 2025 las acciones de China y de los mercados emergentes sigan el camino de las poderosas ganancias de 2017? Lo primero que tenemos para decir es que las valoraciones de las acciones chinas comienzan este año en un nivel inferior al promedio, similar al de principios de 2017, lo que el punto de partida es interesante para al menos pensar en una apuesta china.
Las acciones chinas han tenido un comienzo débil en 2025, con una caída del 4% hasta el final de la semana pasada, según las mediciones del índice MSCI China. Pero esto no es algo infrecuente. Las acciones chinas son notoriamente volátiles a principios de año, como resultado de la falta de noticias, no necesariamente malas noticias. A los participantes del mercado tienden a desagradarles la incertidumbre más que cualquier otra cosa, por eso es preferible a veces tener malas noticias que no tener ninguna.
Los datos económicos de China a menudo no se publican hasta marzo. Es una costumbre de ese país. La festividad del Año Nuevo Lunar, que dura una semana, suele ver un aumento en la actividad manufacturera, industrial y exportadora antes del cierre de la producción nacional, lo que trae consigo un fuerte aumento en el gasto de consumo y el turismo que posteriormente cae entre fines de enero y principios de febrero. Esto hace que las estadísticas mensuales cruciales se retrasen un mes y estén sujetas a grandes oscilaciones. Además, las decisiones que se toman en la Conferencia Central de Trabajo Económico de diciembre, que abarcan cuestiones como el objetivo de crecimiento anual de China y el presupuesto gubernamental, no suelen ir seguidas de detalles sobre cómo se lograrán esos objetivos hasta la reunión anual del Congreso Nacional del Pueblo a principios de marzo. El vacío de datos y detalles sobre los planes de estímulo y las iniciativas generales de gasto gubernamental significa que las acciones tienden a oscilar en función de indicios y señales, al menos hasta que haya más claridad a mediados de marzo. En pocas y simples palabras: hasta marzo no esperemos grandes cambios.
Mucho se habla que China va a tener un año difícil después de que la administración entrante de Trump prometiera aranceles significativamente más altos a las importaciones procedentes de China. Si bien hasta el momento todavía no hemos visto ningún detalle sobre lo que pueden implicar esos aranceles, es importante que los inversores sepan que el comercio con Estados Unidos puede no ser un motor crítico para la economía de China. Las importaciones estadounidenses directas desde China generan menos del 3% del PIB de China (según los datos comerciales tanto chinos como estadounidenses) y es poco probable que lleguen a cero en cualquier escenario realista si nos basamos en el marcado aumento de los aranceles durante la primera administración Trump, donde no redujo las importaciones estadounidenses desde China.
En apoyo de esta visión, el pronóstico del Fondo Monetario Internacional en su última Perspectiva de la Economía Mundial fue el potencial impacto de un -0,2% en el PIB de China en 2025 debido a una guerra comercial que incluye no solo la imposición de nuevos aranceles recíprocos y generalizados por parte de Estados Unidos y China, sino también entre Europa y China.
Tal como puede verse en el gráfico elaborado por el FMI, la posible guerra comercial entre ambos países terminaría afectando más a EEUU que a China.
Fuente: Fondo Monetario Internacional, datos al 22 de octubre de 2024
En lugar de centrarnos en los acontecimientos externos, creemos que la economía interna es más crítica para las perspectivas de China en 2025. Y mirando hacia adentro de ese país, es crítico lo que pase con el sector inmobiliario. El sector inmobiliario representa una porción significativa del Producto Interno Bruto (PIB) de China. Según estimaciones recientes, el sector inmobiliario y las industrias relacionadas, como la construcción y los materiales de construcción, contribuyen entre el 25% y el 30% del PIB del país. Este peso lo convierte en un termómetro natural para evaluar el desempeño económico general, por eso es que analizar la expectativa para ese sector puede ser un determinante para todo el mercado chino global, y con ello el desempeño de su mercado de capitales.
La buena noticia es que de acuerdo a los últimos datos publicados las nuevas construcciones comenzaron a repuntar, tal como se muestra en el siguiente gráfico:
Fuente: Oficina Nacional de Estadísticas de China, datos de Bloomberg al 7/1/2025.
Los datos parecen indicar una cierta mejora tentativa:
- Los precios de las viviendas parecen estar mostrando algunas señales de estabilización por primera vez en un año y medio. Aunque los precios siguen cayendo, el ritmo de caída se había moderado en el cuarto trimestre, pasando del -0,7% en septiembre a apenas el -0,2% en diciembre.
- La actividad económica mejoró: las encuestas del índice de gerentes de compras (PMI) de diciembre mostraron una sólida mejora en el índice compuesto impulsada por el sector de servicios. Dado que los servicios proporcionan la mayoría de los empleos, esto puede ser una buena noticia para el mercado laboral.
Ahora bien, te contamos que China es un país con fuerte presencia del Estado. Por eso el estímulo gubernamental es fundamental para las perspectivas. En este sentido, en diciembre pasado el gobierno chino se comprometió a "promover vigorosamente el consumo interno" y a implementar "reformas históricas". Por ahora fueron solo palabras y no se dieron a conocer detalles, pero ya lo explicamos, hasta marzo pocas noticias vamos a tener.
En general, a pesar de los titulares sobre la guerra comercial, el escenario puede estar listo para un repunte de las acciones chinas en 2025 que podría repetir las ganancias observadas durante el primer año del mandato de Trump en 2017. Sin embargo, de momento los inversores podrían vivir mucha turbulencia en las acciones chinas durante el primer trimestre antes de que los datos y los anuncios de políticas de mediados de marzo establezcan un camino más claro para 2025.
Invertir en China desde Argentina
Para los inversores argentinos, los CEDEARs (Certificados de Depósito Argentinos) ofrecen una forma sencilla de acceder a empresas chinas sin necesidad de abrir una cuenta en el extranjero, pudiéndolo hacer en pesos desde nuestro país. Entre las principales compañías chinas a las que se pueden acceder tenemos:
Alibaba (BABA): Gigante del comercio electrónico y la nube.
JD.com (JD): Competidor directo de Alibaba en comercio electrónico.
Baidu (BIDU): Conocida como el "Google chino", especializada en motores de búsqueda e inteligencia artificial.
NIO (NIO): Fabricante de vehículos eléctricos.
IShares Trust China Large-Cap ETF (FXI): Se trata de un ETF que brinda acceso al mercado chino, pudiendo con la compra de este instrumento acceder a las 50 empresas más grandes de ese país.
Recorrimos China, el artículo nos quedó casi tan largo como su Gran Muralla pero creemos que valía la pena analizar exhaustivamente un mercado muy particular como ese. Se trata de una apuesta arriesgada y pensada a mediano/largo plazo para una proporción menor de nuestro capital dado el riesgo de ese mercado. Ahora bien, si la apuesta sale bien no nos invites a festejar con un wok de vegetales, todo bien con China pero mejor te aceptamos un asado.
Nota escrita en enero de 2025