Inversiones célebres
A pesar de que solemos ver a las celebridades viviendo una vida de lujos, muchas veces no todo lo que reluce es oro. A continuación te contamos algunos ejemplos de cómo los famosos se relacionaron con su dinero, y así sacar algunas conclusiones prácticas para nuestra economía personal o familiar.
Uno de los casos más populares es el de Johnny Depp. Famoso por sus papeles en películas como “Piratas del Caribe”, llegó a ganar cientos de millones de dólares a lo largo de su carrera. Pero en su vida personal, su educación financiera no estaría tan lejos de la de Jack Sparrow, su personaje. Depp es conocido por su estilo de vida excéntrico y sus gastos excesivos. Entre algunos de sus gastos se pueden mencionar mansiones en distintos lugares del mundo, una isla privada, vino, arte y un equipo de personal que mantenía cada una de sus propiedades que no las mantenía a modo de inversión, sino como gusto personal.
En 2017 Depp enfrentó una demanda contra sus propios administradores financieros, argumentando que habían gestionado mal su dinero. Nunca fue capaz de ver ni escuchar que sus gastos en exceso lo llevarían a la situación de tener que vender la mayoría de sus propiedades para cubrir sus deudas. Lejos de vivir la libertad financiera que muchos podemos creer que este tipo de celebridades viven, pasó gran parte de su vida en batallas legales y con problemas financieros.
Los riesgos de vivir más allá de las posibilidades sin tener control de los gastos, aún cuando el ingreso sea elevado, tiene un costo muy alto. La planificación y el conocimiento de los gastos son fundamentales. Destinar parte del ingreso a invertir, para generar diferentes flujos de ingresos, y revisar los gastos sin sentido son claves para vivir tranquilos financieramente y no tener que salir a buscar dinero como un pirata.
Otro caso muy renombrado fue el del super campeón de boxeo Mike Tyson. Uno de los boxeadores más icónicos de la historia llegó a acumular una fortuna superior a los 400 millones de dólares durante su carrera activa como boxeador. Sin embargo, su estilo de vida era tan llamativo como costoso: propiedades inmensas, coches de lujo, joyas y hasta tigres como mascotas. Todo eso, combinado con problemas legales y una falta de planificación financiera, lo llevó a acumular deudas millonarias. ¿Cómo podés acumular deudas millonarias habiendo ganado mas de 400 millones de dólares? Tyson te lo puede explicar. En 2003 se declaró en bancarrota con un pasivo declarado en 23 millones de dólares. ¿Libertad financiera? Ni cerca, la falta de planificación lo dejó knock out. Porque no se trata de cuánto ganas, sino de cómo administras.
Algunas celebridades en cambio supieron corregir sus errores financieros a tiempo y vivir una vida más acorde a lo que generan.
El caso de una de las personalidades más mediáticas del mundo, Kim Kardashian, es uno de ellos. Aunque es conocida por su habilidad para hacer dinero con su imagen, en sus primeros años de éxito, Kim se enfrentó a grandes gastos que la llevaron al borde de la bancarrota. En lugar de reinvertir sus ganancias, compraba propiedades solo por gusto y demás bienes de lujo que no siempre revalorizaban su valor. Años más tarde, Kardashian aprendió a diversificar y a generar nuevas fuentes de flujo de ingresos invirtiendo en productos que la ayudaron a construir un imperio, como su línea de cosméticos “KKW Beauty” y su marca de ropa “Skims”.
Esta personalidad supo distinguir a tiempo la importancia de diversificar los ingresos y no depender de una sola fuente, más aún si esta es inestable. Si tus ingresos dependen demasiado de un único cliente, proyecto o incluso de la exposición pública, estarás en una posición de riesgo. Por suerte Kim lo pudo ver y corregir a tiempo.
Rihanna, una de las estrellas de la música pop más exitosas, supo tener serios problemas financieros al inicio de su fama. En 2009 llevó a juicio a sus asesores financieros acusándolos de manejar mal sus inversiones. La declaración de uno de sus asesores ante el jurado iba a quedar para la historia: “a Rihanna había que explicarle algo tan sencillo como que si uno gasta todo su dinero, al final del tiempo tendrá bienes y no dinero”. Los gastos sin control de la cantante, en bienes que no catalogaban bajo ningún concepto de inversión, la llevaron a perder más de lo que era capaz de seguir generando. Y el poco dinero que le quedó en un momento lo tuvo que destinar a sus batallas legales con asesores que nunca escuchó.
Aprendida la lección (quizás comenzó a leer nuestro Blog quien sabe), supo dar un giro en su carrera al fundar su propia línea de cosméticos y una marca de lencería. Ademas de seguir con su carrera como cantante por supuesto. Estas inversiones no solo la ayudaron a recuperarse, diversificar sus fuentes de ingreso y tomar control de sus gastos, sino que la convirtieron en una de las artistas más ricas del mundo.
Y somos un Blog que se escribe en Argentina por lo que no podíamos terminar con otro ejemplo que no sea: Lionel Messi.
Aunque Messi es una de las personas con mayores ingresos en el mundo del deporte, tanto él como su familia han sabido diversificar e invertir en bienes raíces, como la construcción de edificios en Rosario y otras propiedades con destino de inversión (y no uso personal) en distintas localidades.
La construcción de una marca con su figura es otra fuente de ingresos que Messi ha sabido generar y mantener con un comportamiento equilibrado.
Mantener inversiones diversificadas que garanticen un flujo de ingresos a largo plazo hace que Messi no sea solo un 10 en la cancha sino también en la planificación y ejecución de las finanzas. Buscar el dinero rápido y en un corto plazo es como preocuparte por solo ganar un partido. Pensar tus finanzas a largo plazo es apuntarle al campeonato, algo que nuestro 10 sabe.
Con estos ejemplos de famosos que fallaron y triunfaron en la gestión de sus finanzas te queremos mostrar lecciones que bien pueden ser aplicables a nuestras vidas, sin ser (al menos por ahora) celebridades.
El patrón común que se repite en cada una de estas historias y que deberíamos aplicar independientemente de la etapa que estemos transitando, ya sea que recién estemos comenzando a percibir ingresos, o tenemos un emprendimiento en mente o la idea de la libertad financiera, lo que se repite en todo es: un buen control de gastos y para eso hay que conocer en qué gastamos, planificación financiera y diversificación de las fuentes de ingreso. Al final de todo, el dinero es una herramienta y aprender a usarla es clave para la tranquilidad, seguridad e independencia que todos buscamos.
El primer paso de esa planificación pasa siempre por crear un fondo de emergencia. Esa suma de dinero pensada “por si pasa algo”. Empezar por destinar entre un 5% o un 10% de tu ingreso para construir este fondo para atender eventos inesperados nos va a permitir ganar en tranquilidad, y poder luego pasar a otras inversiones más “jugadas” ya sabiendo que hay un colchón por debajo capaz de amortiguar si algo no sale tan bien.
Hacerse amigo de la frase “largo plazo” es otro de los factores claves. Si solo pensamos al dinero en el presente o cortísimo plazo, como si no hubiera un mañana, no llegaremos a formar un patrimonio que nos permita alcanzar ese concepto de libertad financiera.
Conocé tus gastos y revisalos con frecuencia, pero sobre todo recordá pagarte siempre a vos mismo primero. Ni bien percibas tu ingreso por la fuente que sea, apartá un porcentaje antes de efectuar los gastos y destinalo a invertir.
Ese porcentaje de tu ingreso que te pagas a vos mismo en forma de ahorro se llama “Márgen de ahorro”. Y grabate esto: Aumentar el margen de ahorro es y será siempre la mejor inversión, seas vos que estas leyendo este blog, sea yo que lo escribí, o sea Messi.