Invertir en tu futuro
Algún día todos vamos a ser grandes. A algunos les falta más, a otros menos, pero el caso es que más
tarde o más temprano todos vamos a llegar a ese momento. Si sos joven y te
falta mucho, seguramente te habrá pasado que leíste la palabra “grandes” al
inicio de este artículo y pensaste que esta nota no era para vos. Te invito a
que la leas hasta el final porque este artículo nos toca a todos
independientemente de la edad, ya que tiene que ver con el ciclo de la vida y
su relación con las Finanzas. Además quién te dice, quizás invirtiendo como te
propongo en la nota puedas elegir vos mismo el momento del retiro (alcanzar la Libertad
Financiera).
Durante años, los seres humanos
por lo general no tenían incentivos para ahorrar para su jubilación. Entre las
razones podría mencionar el hecho de que no vivían lo suficiente como para
llegar a esa etapa, y que en la mayoría de las sociedades los pocos que
llegaban a la vejez quedaban al cuidado de sus hijos. En el siglo XX el aumento
de la esperanza de vida, junto con la dispersión geográfica de las familias,
hizo necesario que la gente se planteara el tema de la jubilación. Así fue que
nacieron los Sistemas de Pensiones.
En el mundo, la mayoría de los
sistemas de pensiones funcionan de la misma manera: los trabajadores activos
aportan vía impuestos para que los jubilados reciban su pensión. El caso es que
el futuro de estos planes está siendo amenazado por dos cambios demográficos:
-
Las personas viven más; y
-
Tienen menos hijos.
Dicho más simple, el sistema
tiende a encontrarse con más jubilados y menos aportantes. El ratio de los
trabajadores activos respecto de los jubilados va disminuyendo a medida que
pasa el tiempo, y para que la ecuación siga dando debería pasar que aumenten
los impuestos que pagan los activos, o reducir las pensiones que cobran los
jubilados.
Si bajan las pensiones va a ser
necesario que los actuales trabajadores activos comiencen a ahorrar lo antes
posible (y a invertir ese ahorro) para compensar la baja que van a sufrir
llegado el momento del retiro.
Si sos joven y seguís viendo muy
lejano el tema objeto de esta nota no te vayas, dejame contarte algo. Ya
estiman que para 2050 habrá en todo el planeta 2.000 millones de personas con
más de 60 años, el doble que en la actualidad. Se trata del segmento etario que
más está creciendo y es por eso que el tema de la longevidad es un punto
del que mucho se habla en todo el mundo. Pero cuando se habla de la longevidad
como un tema de agenda en el mundo, básicamente se la contempla desde el punto
de vista de la salud. La medicina nos viene dando más años de vida y ahora los
científicos en todo el planeta buscan llenarla de calidad. Ya que vamos a vivir
más, que vivamos bien ese tiempo extra. Y tal es así que surgen cada vez más
incentivos para la investigación y desarrollo de más calidad de vida. En Riad
por ejemplo, se realizó en noviembre de 2023 una cumbre llamada “Extensión de
la vida saludable”, y por mencionar otro caso, Arabia Saudita otorgaba premios
de hasta 100 millones de dólares para aquellos investigadores que realicen
descubrimientos disruptivos en esta materia. ¿Ya estás pensando qué podés
inventar, no?
Mucho se habla de salud y calidad
de vida, pero poco acerca de las Finanzas en este cambio del ciclo de la vida.
A todos los que lleguemos a esa etapa pasiva de nuestra vida nos va a gustar
llegar bien y con salud para disfrutar. Para el tema de llegar saludables ya
hay gente que se esta ocupando como te contamos, y si vamos a llegar en buenas
condiciones vamos a querer tener una vida lo más activa posible, viajando, haciendo
actividad física, emprendiendo, etc. Y para eso vamos a necesitar recursos,
recursos que si no fuimos juntando en nuestra etapa activa difícilmente nos
permitan cumplir esos objetivos si la única fuente pasa a ser la jubilación. Si
esta nota la estas leyendo desde Argentina y tenes un jubilado en la familia,
no tengo más para agregar.
Tenemos una sola vida que va
pasando por ciclos, y esos ciclos no los vamos a poder evitar ni saltear. Ir
preparando de a poco nuestro futuro nos va a permitir tener una mejor vida
durante todo el camino completo.
Y algo más: Resulta claro que
los costos de ahorrar poco son mayores que los de ahorrar en exceso. En
este último caso, si ahorras de más el problema que podés llegar a tener es que
se incrementan las posibilidades de jubilarte antes de tiempo, por decisión
propia ganándole al sistema, y que tengas que ponerte a planear viajes,
salidas, deportes con amigos, etc. ¿Qué desmotivante no?
Pero encontrarse con la situación
de ahorrar de menos es muy diferente, sobre todo si los científicos en pos de
cobrar esos suculentos premios por alargar la vida, nos ponen en la situación
de tener mucha vida por delante y con una sola fuente de ingresos (que espero
no sea la ANSES).
¿Cómo invertir para ganarle al
sistema?
Como norma general las
inversiones más arriesgadas, como las acciones por ejemplo, producen en el
tiempo rendimientos muchos más altos que las inversiones más seguras y
conservadoras como los plazos fijos o mantener dólares en una caja de seguridad
(que ni siquiera debería llamarse inversión).
Escoger la combinación adecuada
entre lo arriesgado y lo conservador se denomina “Asignación de activos”. Si un inversor esta dispuesto a asignar más
dinero a activos arriesgados generalmente ganará más, pero no todos están
dispuestos a asumir ese riesgo extra (en un artículo anterior hablamos sobre la
Aversión a la Pérdida). Y si somos conservadores debemos saber algo, la
decisión de cuánto ahorrar guarda una compleja relación con la disposición a
correr riesgos. Alguien que quiera invertir todo en forma segura comprando
dólares o haciendo un plazo fijo, haría bien en ahorrar lo suficiente si quiere
tener una jubilación holgada. Quien por el contrario se anime a invertir en
activos con cierto riesgo por un largo periodo de tiempo, no necesitará
destinar mucho al ahorro ya que el interés compuesto hará su trabajo.
Tomar este tipo de decisiones
debería ser algo muy importante y por lo general no se le dedica tiempo. Todos
deberíamos saber que después de tomarlas uno puede relajarse y mirar hacia el
futuro con la confianza de tener un ingreso extra asegurado para esa etapa de
la vida que, aunque falte mucho, indefectiblemente va a llegar.
Ahora bien, ¿Qué deberíamos hacer
entonces? Comenzar cuanto antes a invertir una parte de nuestro ahorro en ese
objetivo que llamamos “Nuestro futuro”, y allí en función de la edad en la que
se comience esa meta puede ser la de tener una mejor jubilación o la de
retirarse antes ganándole al sistema. Para llegar a ese objetivo debemos ser
capaces de invertir la mayor asignación posible en aquellos tipos de activos
que mejor desempeño han mostrado tener en el largo plazo. Muchos inversores no
hacen caso a esto e invierten poco dinero en acciones lo cual puede ser un
error. Si conocieran los datos referentes al riesgo de acciones y el resto de
los activos más conservadores en un periodo largo de tiempo como veinte años
(el horizonte real de la mayoría de los inversores), elegirían invertir casi
todo el dinero en acciones.
Existe en finanzas una regla
matemática para ayudarte a determinar qué porcentaje de la cartera deberías
invertir en renta variable. Se trata de la regla del 120 y consiste en
restarle al número 120 tu edad. Por ejemplo, si tenes 30 años, 120 – 30 = 90, y
ese 90 representa el porcentaje de tus inversiones que debería estar colocado
en renta variable. A medida que vamos cumpliendo años de acuerdo con esta regla
nos vamos volviendo menos agresivos, pasando a ser moderados y terminando conservadores.
La regla acompaña el natural ciclo de la vida.
Sabemos que la Aversión a la
Pérdida es algo natural al ser humano y que la posibilidad de perder en tus
inversiones puede hacer que te alejes de activos con riesgo asociado. Dejame
contarte dos cosas más y ya te libero:
La probabilidad histórica de
ganar dinero en los mercados de EEUU (mercado en el que se puede invertir en
pesos desde Argentina) es:
-
50% si se invierte durante un solo día;
-
70% si se invierte durante un solo año;
-
90% en períodos de 10 años; y
-
100% en períodos de 20 años o más.
El tiempo es la fuerza más
poderosa en las inversiones. Hace que las cosas pequeñas crezcan y que los
grandes fallos queden atrás. De acuerdo con esta estadística solo habría que
invertir y dejar que el tiempo y el interés compuesto hagan lo suyo.
Lo segundo que te quiero contar
es una historia que me permite graficar mejor el punto anterior y su relación con
el riesgo:
Es la historia de Juan y Odiseo.
Juan es agente bursátil y puede
acceder todo el tiempo a los datos de cotizaciones en tiempo real. Al acabar
cada jornada Juan repasa el estado de su cuenta de inversión y realiza los
ajustes que cree necesarios. Toma ganancias en algunas acciones, compra las que
cree ver a precio de descuento, etc.
¿Cómo pasa sus días Juan? ¡Con
una adrenalina constante! Cada día sus acciones bajan casi con la misma
frecuencia que suben, y dado que Juan es humano va a sentir dolor en las pérdidas
con mayor intensidad que la alegría que le reportan sus ganancias. Con el
tiempo el resultado de sus inversiones estará en función de su expertiz como
inversor, pero quien seguramente ganó es el Broker con el que opera a raíz de
las comisiones cobradas en cada una de sus operaciones.
Ahora repasemos la historia de Odiseo.
Odiseo fue uno de los grandes héroes legendarios de la mitología griega. Nació
en Ítaca, y la historia cuenta que pasó exactamente veinte años fuera de su
ciudad. Los primeros diez abocado a la guerra de Troya que tuvo esa duración, y
otros diez le llevó regresar a su ciudad luego de la guerra por diferentes
problemas que tuvo que enfrentar en el camino.
Imaginate por un momento que
Odiseo antes de partir para la guerra de Troya haya invertido sus ahorros en
acciones, ¿Cómo crees que se hubiera sentido como inversor? ¡Muy tranquilo! No
hay en toda la historia ningún periodo de veinte años o más en el que el valor
real de las acciones haya disminuido o haya sido superado por inversiones
conservadoras. Casi que podríamos asegurar que Odiseo podía colocar sus
ahorros en acciones e ir tranquilo a la guerra sabiendo que, a su regreso, sus
acciones habrán subido y mucho. ¡La libertad financiera de Odiseo!
La moraleja de esta historia es
que las actitudes hacia el riesgo dependen de la frecuencia con que los
inversores controlan sus carteras. Sobre todo cuando a la larga el horizonte
real de inversión de la mayoría de las personas supera los veinte años, sería
conveniente adoptar un temperamento mucho más parecido al de Odiseo que al de
Juan. Eso sí, no es necesario que vayas a ninguna guerra, con que no mires a
diario tu cuenta alcanza.