El interés en el dinero

 

En el artículo de hoy hablaremos sobre el costo del dinero y la recompensa por el riesgo asumido: El INTERÉS.

Para ello comenzaremos con un muy breve repaso por la historia, para terminar en cómo los cambios en los tipos de interés afectan los mercados.

Un poco de historia

La historia de las tasas de interés se remonta a las antiguas civilizaciones. Entre los primeros registros se encuentra la ley babilónica que data del año 1754 a.C. En esta ley se mencionan préstamos con intereses donde los prestatarios debían pagar una suma adicional al capital que habían recibido en préstamo.

El término interés proviene del latín “interesse”, que significa “estar entre” o “estar involucrado en”. En el contexto financiero, el interés representa la cantidad adicional de dinero que se paga por el uso del dinero prestado y la idea atrás del término, es que el prestamista tiene un interés personal en el préstamo ya que “está involucrado en” la transacción y recibe un beneficio a cambio.

En la antigua Roma y Grecia, los préstamos con intereses eran comunes y ya estaban regulados por leyes específicas. Durante la Edad Media, la Iglesia Católica consideraba pecaminoso al cobro de intereses lo que llevó a su prohibición en ciertos lugares de Europa. Sin embargo, a medida que el comercio y la banca fueron creciendo, las tasas de interés fueron más comunes y aceptadas.

En la era contemporánea, las tasas de interés son una herramienta fundamental de política monetaria utilizada por los bancos centrales para controlar la inflación y estimular el crecimiento económico. Estas tasas afectan ambos lados del mostrador. De un lado a los inversores que miran los tipos de interés que pueden ganar por colocar sus ahorros a instrumentos que paguen interés; y por otro lado los tomadores de deuda, ya que el costo del dinero prestado determinará el monto a devolver.

Las tasas de interés y los mercados

Los tipos de interés y los mercados financieros están muy conectados. Compiten continuamente entre sí y tienen efectos sobre las empresas cotizantes. Trataremos de explicarlo de manera sencilla.

¿Qué sucede cuando los bancos centrales suben la tasa de interés? Visto de uno de los lados del mostrador, con tasas más altas los préstamos se vuelven más caros. Aquellas empresas que ya tengan algún tipo de préstamo a tasa variable verán incrementado su pasivo afectando su crecimiento y rentabilidad (al menos de corto plazo). Las compañías que no se encuentren endeudadas podrán sortear mejor el momento pero hay que saber que muchas firmas necesitan de estos recursos para investigación y desarrollo de nuevos productos, tal como es el caso de las empresas tecnológicas y las que están en proceso de crecimiento.

Podríamos resumir que para el lado del mostrador que toma préstamos, un alza en los tipos de interés no favorece a las empresas cotizantes.

Y si nos paramos del otro lado del mostrador, el de los inversores que cuentan con un excedente de fondos (ahorros), la conclusión a la que arribamos respecto del alza en las tasas es similar.

Dijimos que además de ser el costo del dinero, el interés puede ser definido como la recompensa del riesgo asumido. Si las tasas de interés aumentan lo hacen todos los tipos conocidos, es decir, la tasa de los préstamos bancarios, la financiación de la tarjeta de crédito, los plazo fijos, los bonos, las hipotecas, el descuento de cheques, etc. Si las tasas de interés que pagan los instrumentos financieros menos riesgosos como bonos y plazo fijos suben, lo que sucede es que se terminan volviendo mucho más atractivos para los inversores ya que ahora tienen una mejor recompensa por un riesgo asumido mucho menor que el que se corre con la renta variable.

Dicho de otra forma, los inversores van a preferir correr menos riesgo e invertir a estas tasas más altas, y no correr riesgos mayores en activos como acciones.

Como podemos ver, del lado del mostrador que nos paremos, un alza en los tipos de interés termina afectando a los mercados financieros.

Una muestra de ello es lo que pasó en 2022 en EEUU luego de que la FED (el Banco Central de EEUU) comenzara con una política monetaria de alza en los tipos de interés con la finalidad de calmar la inflación récord que estaba viviendo ese país. Dijimos que la tasa es una de las herramientas que tienen las autoridades monetarias para calmar la inflación y la FED lo sabe y lo utiliza muy bien.

El resultado fue que lentamente se fue controlando la inflación y la tasa de interés de los bonos del tesoro americano subieron a niveles muy altos para lo que están acostumbrados. Esta política que tuvo un efecto favorable para calmar la suba en el índice de precios al consumidor tuvo también el esperable efecto no deseado en los mercados financieros de renta variable. Como puede verse en el siguiente gráfico, el índice SP500 que nuclea las principales 500 empresas que cotizan en EEUU registró un retroceso importante a la vez que los tipos de interés iban subiendo. De libro, ¿no?



Gráfico 1. Evolución de los tipos de interés en EEUU de 2019 a la fecha. Se puede ver claramente la aceleración al alza experimentada durante 2022 y la estabilización lateral actual.


Gráfico 2. SP500 mismo período que el gráfico anterior. Puede verse claramente la caída en la bolsa durante el 2022 coincidente con el período de suba de tasas, y la posterior recuperación cuando los tipos de interés calmaron su alza.

Pasemos ahora a analizar ¿Qué sucede cuando los bancos centrales bajan la tasa de interés?

El efecto es al revés que el explicado anteriormente. Si nos paramos del lado del mostrador en el que se encuentran los que toman dinero prestado, una baja en los tipos de interés terminará abaratando su pasivo. Y esto favorece aún más a aquellas compañías en crecimiento o que necesitan invertir en investigación y desarrollo como es el caso de las empresas del sector tecnológico en su mayoría, que necesitan financiamiento para sus proyectos y productos.

Del otro lado del mostrador llegamos a una conclusión también favorable para el sector privado. Los ahorristas con excedentes de fondos se encontrarán ahora con que los activos a tasa de interés se volvieron menos rentables, la recompensa es ahora menor, y pasarán lentamente a invertir en renta variable que, como se explicó en el párrafo anterior, tendrán el camino allanado para comenzar a crecer.

Resumiendo, una política de baja en los tipos de interés termina por favorecer a los mercados ya que activa la economía a ambos lados del mostrador.

Para terminar nos despedimos con una frase de Oliver W. Holmes esperando que este nuevo artículo haya sido de tu interés.

“No pongas tu interés en el dinero. Pero pon tu dinero a interés”.