La trampa del conservador



Seguramente habrá escuchado hasta el cansancio los distintos perfiles de inversor: CONSERVADOR, MODERADO y AGRESIVO. Vale la pena desarrollar un poco más en profundidad estos conceptos que parecen conocidos pero por lo general llevan a confusión.

Cuando hablo de perfiles, me refiero a la ponderación que cada tipo de activo debe tener en el total de la cartera de inversiones de un inversor. Es decir, una persona con un perfil CONSERVADOR deberá tener gran parte de su cartera en activos con baja exposición a riesgo, seguido de instrumentos moderados y una pequeña proporción en activos agresivos que busquen darle mayor retorno al portafolio global.

Un inversor con un perfil más AGRESIVO seguramente asignará proporciones más equitativas entre los tres instrumentos, ya que estará más dispuesto a exponerse a riesgos con tal de obtener mejores rendimientos. Su cabeza y su estómago lo toleran.

Como se ve, ser CONSERVADOR no quiere decir que toda la cartera va a estar compuesta por instrumentos conservadores, ni ser AGRESIVO significa que la totalidad del portafolio vaya a estar integrado por valores especulativos. Se trata de tener todos los tipos de activos, pero en sus justas proporciones de acuerdo con su tolerancia al riesgo, objetivos prefijados y horizonte temporal.

Dicho esto, déjeme hablarle a uno de los perfiles en particular: al CONSERVADOR (si no se considera dentro de este perfil igual siga leyendo, le puede ser igual de útil).

No está ni bien ni mal ser un perfil CONSERVADOR en materia de inversiones, lo que debe saberse es que como la misma palabra lo indica, ser CONSERVADOR implica “CONSERVAR EL ESTADO ACTUAL”. No aspirar a más. Y déjeme decirle también que en un país como el nuestro, con los recurrentes problemas de inflación y suba del dólar, lo que uno cree que esta CONSERVANDO en realidad no está pasando. Sino pruebe medir su nivel de compra con salarios y tasas de interés que no siguen la evolución de la inflación, y un tipo de cambio que si bien actualmente se encuentra algo estable, ha dado sobradas muestras de fuertes saltos al alza a lo largo de nuestra historia. Habría que replantearse entonces si de verdad se está conservando el estado actual o si poco a poco lo va perdiendo. Y mucho más debe replanteárselo si todo su capital lo tiene parado en su caja de ahorro o como mucho en plazo fijos.

Es importante hacerse unas preguntas y no mentirse a sí mismo con las respuestas:

-        ¿Me conformo con “conservar” mi estado actual?;

-   De mantener el estado actual, ¿seré capaz de conseguir los objetivos que me propuse de mediano – largo plazo o corro el riesgo de quedarme corto?;

-   ¿Lograré tener la vida que quiero? ¿Vale la pena cambiar algo hoy para llegar a esa vida deseada?

Lo que busco despertar en usted con estas preguntas, es que se plantee si no llegó acaso el momento de hacer algo diferente para tratar de llegar a esa vida que sueña. Si aspira a más, si tiene objetivos a cumplir que necesitan recursos, necesitará algo más que conservar su estado actual, que además termina siendo un engaño ya que la inflación va comiendo poco a poco su capacidad de consumir más hacia adelante, alejando cada vez más esa vida que soñó y esos objetivos propuestos.

Para comenzar a hacer algo diferente debe empezar por estos simples pasos:

1 - Aprender a ahorrar. Modificar el hábito de la gestión de su ingreso y redefinir el término “ahorrar”. Ahorrar no es lo que queda de su ingreso luego de realizar los gastos necesarios (y otros no tanto). Ahorrar de aquí en más pasará a ser aquella parte de su ingreso que aparta inmediatamente luego de haber cobrado, y de ahí en más gastar. Usted cobra hoy, mañana mismo apartará el 10% de su ingreso (si puede más, apartará más), y lo destinará a invertir. Incorporar este hábito todos los meses.

2 – Definir los objetivos. Deberá establecer sus objetivos y el plazo de los mismos. Como ejemplos de objetivos de corto plazo podrían ser las próximas vacaciones, renovar su teléfono celular o notebook, pagar un curso de capacitación, etc. Objetivos de mediano plazo podrían ser una mudanza, planificar algún viaje a un destino lejano, la compra de un auto, un departamento, etc. Por último, como ejemplos de objetivos de largo plazo podría citar lograr la libertad financiera que le permita llevar la vida que quiere, la educación de los hijos o planificar su retiro para que el día de mañana pueda mantener un nivel de vida igual que cuando era trabajador activo.

3 – Elegir los activos. Una vez definidos los objetivos y sus plazos, el tercer paso consistirá en asignarle a cada uno de estos objetivos, los activos financieros que habrán de financiarlos. Los objetivos de corto plazo como las vacaciones que tomaremos en los próximos meses por ejemplo, necesitarán contar con fondos que no se encuentren expuestos a volatilidad alguna que pongan en riesgo su consecución. Si esta a un par de meses de viajar lo aconsejable será colocar los fondos que financien ese gasto en una inversión conservadora, que en lo posible asegure un rendimiento similar a la inflación (Fondos Comunes de Inversión o, para los más tradicionales, el plazo fijo, pueden ser ejemplos de activos adecuados a estos objetivos).

Por el contrario, para objetivos mas lejanos en el tiempo, como la compra de una propiedad, buscar la libertad financiera, etc., necesitará incorporar el habito de sumar activos mas variados que hagan que no se quede corto en la obtención de dichos objetivos. No debe engañarse, poniendo todo su capital íntegramente en inversiones tradicionales que no superan a la inflación, nunca llegará a cumplir sus metas de largo plazo porque los precios corren a una velocidad mayor que sus ahorros. Si realmente quiere llegar a la meta, deberá animarse a incorporar activos que con el tiempo obtengan un rendimiento mayor, tolerando cierta volatilidad de corto plazo, pero siendo consistentes con el plan de largo.

4 – Administración del portafolio. La administración de la cartera de inversiones conlleva varios aspectos. Uno de ellos, como tantas veces se habló, es tomar la cartera de inversiones como una pirámide dividida en tres. No voy a extenderme en este aspecto dado que ya fue tratado oportunamente en un articulo específico sobre el tema (Armado y Gestión de Carteras).

Forma parte también de la administración del portafolio, las aportaciones de ahorro que mes a mes se debe hacer a la cuenta de inversión. Siempre manteniendo el vínculo entre objetivos y activos, para los objetivos a corto plazo deberá sumar inversiones conservadoras que le aseguren cubrir la totalidad de ese gasto. Para todo lo demás, será aconsejable distribuir las aportaciones entre distintos tipos de activos asumiendo quizás alguna volatilidad de corto, para lograr a largo plazo llegar a cumplir el objetivo y no haberse quedado corto. Es importante entender que no llegar a cumplir un objetivo de mediano-largo plazo es un RIESGO. Riesgo de no conseguir un objetivo. No hay que quedarse con la engañosa idea de que el término riesgo está asociado solo a la posibilidad de perder dinero, no conseguir un objetivo propuesto por haberse quedado corto eligiendo activos por demás conservadores, es también un RIESGO.

Repasando. Mes a mes se realizan aportes a la cuenta de inversión y se adquieren diferentes tipos de activos (bonos, acciones, cedears, etc.). El hecho de comprar todos los meses le permitirá promediar los precios de compra sin importar la volatilidad experimentada por el mercado en el corto plazo, sabiendo que a largo plazo el rendimiento será superior a las inversiones conservadoras tradicionales.

Otro aspecto a tener en cuenta en la administración del portafolio es realizar cada tanto un reajuste de cartera. Esto implica hacer un análisis del portafolio por lo menos una vez al año, y ponderar la distribución de los activos que la componen para cuidar siempre la relación objetivo – activo. Por otro lado, el reajuste muchas veces requiere una rotación de activos de largo plazo para beneficiarse de oportunidades que pueda dar el contexto. Se suele decir que si va a llover monedas de oro, mas vale que me encuentre con un balde en la mano y no con un vaso. Es decir, si por ejemplo se diera un contexto de oportunidad en el mercado local de bonos CER, será bueno migrar parte de la posición a esos activos para beneficiarse con una mayor tenencia.

 

Para cada uno de los pasos vistos, contar con la ayuda profesional de un Asesor Financiero Independiente puede ser de gran utilidad para el inicio del recorrido de ahorrista a inversor. El momento cero (así le llamo al armado de una cartera de inversiones) es clave y ahí deberá poner todos sus sentidos. Pero algo es muy importante, no deje que el desconocimiento de las distintas alternativas de inversión lo lleven a tener todas sus inversiones en activos conservadores que nunca le permitan alcanzar sus objetivos de largo plazo.

 

Permítame volver una vez más sobre el punto que toque al principio. Si usted es conservador con la totalidad de su capital, como mucho acabará “conservando” su estado actual como la misma palabra lo dice. Ruegue que la inflación y el dólar lo acompañen porque de otra manera siendo conservador con la totalidad de sus ahorros muy difícilmente pueda conservar la misma situación actual en el futuro.

Uno de los grandes agentes de bolsa a nivel mundial, André Kostolany, dijo alguna vez:

 

“Quien tiene mucho dinero puede especular. Quien tiene poco dinero no debe especular. Quien no tiene dinero tiene que especular.” (entendiendo especular como invertir en activos no conservadores)

 

Quien ya cuenta con mucho dinero, puede darse el lujo de asumir riesgo con parte de sus inversiones ya que, si le va mal, tendrá un respaldo suficiente para que el mal negocio no lo afecte. Quienes tienen poco dinero, la recomendación es no especular dado que no se cuenta justamente con ese respaldo. Para quien tiene poco dinero la situación ideal será llevar una planificación financiera adecuada, ligando objetivos a activos, con una cartera equilibrada y pensada fríamente desde el momento cero.

Quien no tiene dinero, o incluso aquel joven que recién empieza y tiene todo el tiempo para ganar o recuperarse, según Kostolany debe especular. Si solo se cuenta con mil pesos como todo su capital, y se lo pone a una inversión netamente conservadora por un largo periodo, al cabo de ese largo periodo acabará teniendo mil diez pesos. No habrá perdido nada, pero su situación actual no habrá cambiado en absoluto (seguirá sin tener dinero). En cambio, si esos mil pesos los pone a especular con cierto criterio, lo único que tiene para perder son esos mil pesos, o parte de ellos, pero si la inversión sale bien, los mil podrían ser dos mil, cinco mil o hasta diez mil. Si se busca cambiar una situación actual se debe hacer algo distinto, sino con suerte acabará siempre conservando lo que tiene.

Espero con el artículo de hoy haber tocado sus fibras y que piense realmente, y sin engañarse, si quiere extender para siempre su situación actual o si por el contrario, quiere ver crecer su calidad de vida, conseguir los objetivos que se propone y llegar a la libertad financiera cuanto antes. Si esta lectura lo llamó a la acción, el paso siguiente es escribirme.