Flujo mata Stock
Hoy te quiero contar otra historia que tiene que ver con niños y finanzas.
Hace unos días se celebró en Argentina el día del niño y mi hijo, con mucha anticipación, un par de semanas antes me dijo qué le gustaría como regalo:
- “Si puede ser, me gustaría un skin de Fortnite”.
La misma cara que debes estar poniendo al leer estas líneas es la que puse yo cuando escuché su pedido. Ni skin, ni Fortnite, eran palabras que estaban en mi diccionario. Pero como me interesaba cumplir con su requerimiento para el día del niño le pedí que me explicara de qué se trataba.
Resulta ser que Fortnite es un videojuego muy popular, el cual ya tiene sus años, al que los adultos definiríamos rápidamente como un “juego de disparar” (a mi hijo no le gustó la forma en que lo simplifiqué).
El juego tiene lugar en un mundo ficticio que va cambiando constantemente. Los jugadores se encuentran en una isla que se reduce a medida que avanza el juego, obligando a los jugadores a moverse y combatir entre todos en un espacio cada vez más pequeño.
El objetivo del juego es ser el último jugador en pie. Durante el desarrollo tenes que buscar armas, escudos, suministros, medicinas, materiales para construir estructuras, todo eso mientras te enfrentas a los demás jugadores.
Se puede jugar solo contra todos, y también podés jugar con un amigo para enfrentar en equipo a todos los demás. El ganador del juego siempre será el jugador o el equipo que haya abatido al resto y quede como único sobreviviente en el mundo de Fortnite.
Los skins son adicionales que pueden incorporarse al juego. Pueden ser por ejemplo nuevos personajes que te representen, armas especiales, vehículos, etc. Se podría decir que el juego viene standard de fábrica, y uno puede diseñarlo a su propio gusto mediante la compra de estos diferentes skins. Uno de estos skins, puntualmente un personaje muy colorido por cierto, era el pedido de mi hijo para el día del niño.
Mientras miraba junto a él cómo se compran estos skins se me vino a la mente que en ningún momento había comprado previamente el juego. Recordaba haber comprado el juego de futbol FC24 pero estaba muy seguro de no haber comprado el Fortnite. ¿Cómo iba a regalarle un skin si ni siquiera tenía el juego?
Mi hijo me explicó, ya con menos paciencia que al principio, que era un juego de descarga gratuita, que todos sus amigos lo jugaban y que necesitaba mejorar la fortaleza y apariencia de su personaje para mejorar en el juego. Y es aquí donde empieza el vínculo de esta historia con el mundo de las finanzas.
Fortnite fue disruptivo en el mundo de los videojuegos por ser el primer juego en utilizar un modelo de negocio basado en microtransacciones, centrado en la compra de cosméticos como skins, que no afectan la jugabilidad pero permiten a los jugadores personalizar su experiencia. Este modelo llamado “free-to-play” resultó ser una estrategia exitosa que vino a establecer una nueva modalidad en la industria de los videojuegos, demostrando que se podía generar grandes ingresos sin cobrar una tarifa inicial por el juego en sí. Su éxito llevó a muchos desarrolladores a adoptar modelos similares, convirtiéndose en un punto de referencia en el diseño y monetización de juegos.
Hasta la aparición de Fortnite los juegos eran vendidos con el sistema de “compra única” a través del pago de una tarifa inicial, o mediante la modalidad de suscripción (mensual/anual). Esta estrategia se apoyaba en un modelo tradicional de stock, en donde el ingreso se genera en una única transacción.
En contraste, Fortnite implementó un modelo de monetización basado en microtransacciones dentro de un juego gratuito. Esta estrategia se enfoca en un modelo de flujo donde los ingresos se generan de manera continua con cada una de esas microtransacciones. Los jugadores pueden comprar cosméticos y otros ítems en el juego a lo largo del tiempo, lo que crea un flujo continuo de ingresos en lugar de una única ganancia inicial.
En resumen, Fortnite cambió la dinámica al demostrar que un juego gratuito con una monetización basada en flujo puede ser extremadamente rentable y sostenible, contrastando con los modelos tradicionales basados en stock. En lugar de cobrar una entrada de una sola vez y esperar que cada vez más gente quiera sumarse, Fortnite optó por el modelo de flujo constante. Imaginá a Fortnite como un chorro de agua en lugar de un estanque. No se trata de llenar la caja registradora de una vez, sino de mantenerla rebalsando con pequeñas compras de skins que los jugadores puedan adquirir a su antojo a lo largo del tiempo.
Esta simple historia que nace a partir de un videojuego me lleva a revalidar la famosa frase: “Flujo mata Stock”. La importancia de generar flujo por sobre el tener stock es vital a la hora de planificar nuestras finanzas.
Ambas variables relacionan al dinero con el tiempo. Stock es una suma de dinero en un momento determinado de la línea de tiempo, es el saldo en tu caja de ahorros, lo que tenes bajo el colchón o en la caja de seguridad, una indemnización, un premio o una herencia. El flujo en cambio es periodicidad. Es tu ingreso, tus ventas, alquileres cobrados, rentas, etc.
Al stock lo podemos perder en un mal negocio, nos lo pueden robar, se lo puede quedar un banco con un “corralito”, y por supuesto que nos vamos a deprimir y nos vamos a enojar. A nadie le gustaría perder sus ahorros. Pero si tenemos flujo, si mantenemos algún tipo de ingreso periódico vamos a poder comer, vivir y hasta formar un nuevo stock. Con flujo nos vamos a recuperar.
Ahora bien, ¿Qué pasa si lo que perdemos es el flujo? ¿Cuánto tardaríamos en consumir nuestro stock para seguir viviendo? ¿Cómo afectaría eso a nuestra salud emocional?
A todos nos da seguridad tener stock y está bien que así sea. El tema pasa por el tamaño de ese stock ahora que sabemos que el stock parado no genera flujo. Por eso te propongo dejar el modelo Monopoly, Estanciero, Juego de la Vida, o el que te traiga a la mente tu infancia, y adoptar un modelo Fortnite para tus finanzas.