EL PRESUPUESTO

 

En el artículo de hoy vamos a desarrollar una de las herramientas básicas de las Finanzas Personales pero con un toque diferente. Hablaremos sobre los Presupuestos a la manera de Momentum Finanzas.

Contar con un presupuesto permite planificar un mejor uso del dinero, en especial en lo referido a los gastos y de esta manera hacer rendir mucho más nuestros ingresos.

Un presupuesto nos aporta información clasificada acerca de cómo gastamos nuestro dinero, nos ayuda a adquirir la disciplina necesaria para cumplir con nuestras obligaciones y ser más eficientes con nuestro ingreso de modo tal que podamos aprovechar oportunidades de inversión y mejorar continuamente nuestra situación económica.

Un presupuesto permite:

-        Visualizar en qué gastamos el dinero

-        Asignar prioridad a los gastos dividiendo entre gastos que son determinantes y los que no lo son.

-        Eliminar o reducir gastos

-        Planificar el ahorro para luego invertir

 

La elaboración de un presupuesto consta de cuatro etapas principales:

CONOCIMIENTO. Es la fase en donde se recolecta toda la información de ingresos y gastos. Es importante que todo sea tenido en cuenta, hasta el mas mínimo detalle.

ORDEN Y CLASIFICACION. En esta fase se definen las distintas categorias de ingresos y gastos. Luego se clasifica toda la información obtenida en la primera etapa de acuerdo a estas categorias de agrupación.

PRESUPUESTAR. Armar el presupuesto mensual y anual organizado en columnas y lineas con montos por categoría. Se deberá hacer una columna para lo presupuestado y otra contigua para lo realmente ejecutado que permita llevar un control de las desviaciones.

SEGUIMIENTO. La fase del control y seguimiento de lo ejecutado de acuerdo con lo planeado. Tratamiento de los desvíos, conclusiones, acciones a tomar, todo ello evaluaremos en esta etapa.

Comencemos con los pasos.

La fase del CONOCIMIENTO es el proceso de recopilación de toda la información acerca de nuestros ingresos y gastos. Por lo general puede ser mas facil determinar los ingresos ya que suelen tener menos fuentes que los generen.

Comencemos entonces por éstos. Si percibimos un sueldo mensual, es importante registrar el sueldo NETO, es decir, el que efectivamente nos llega limpio al bolsillo. Si un mes percibimos algun bono, adicional, aguinaldo, etc., es importante que lo anotemos también en el mes correspondiente, siempre por el valor neto.

Cuando no tenemos un sueldo fijo mensual, lo que podemos hacer es calcular un promedio de los últimos tres o cuatro meses para tomar como referencia.

Otros ingresos a considerar en un presupuesto son aquellos provenientes de las distintas inversiones que tengamos, un alquiler cobrado, la renta de una inversión financiera, el interés de un plazo fijo, entre otros.

Recopilada la información de los ingresos, es momento de pasar a lo mas incómodo, juntar información sobre nuestros egresos.

Es muy importante comenzar dividiendo entre nuestros gastos fijos y aquellos que son variables. Para su confección lo mejor será basarnos en el flujo de dinero de meses anteriores para saber el detalle de en qué gastamos.

Definimos GASTOS FIJOS como aquellos gastos que sí o sí debemos pagar todos los meses. Son esos gastos indispensables para el estilo de vida que queremos llevar y que no podemos dejar de pagar (Ej: alquiler, comida, obra social, colegio de los niños, seguro, etc.).

Los GASTOS VARIABLES son en cambio aquellos que no tenemos la obligación de pagarlos todos los meses y que su monto puede variar significativamente de un mes a otro. El hecho que sean gastos variables hace que nosotros pasemos a tener el control de poder decidir si lo llevamos a cabo o no, si lo reducimos, lo eliminamos, etc. Cuando se habla de reducir gastos, es por éstos gastos variables por donde hay que comenzar, de ahí que es importante detenerse a elaborar a conciencia esta parte del presupuesto ya que en caso de necesitar hacer un recorte será seguramente en alguno de estos items. Como ejemplos de gastos variables podemos mencionar: regalos, hobbies, entretenimientos, salidas, etc.

Una aclaración importante: Los gastos pagados con Tarjeta de Crédito durante el mes en curso, los pondremos como gastos fijos del mes siguiente. ¿Por qué? Porque el monto total a pagar que venga en el resumen el mes siguiente deberá ser abonado en su totalidad para no caer en el pago mínimo que nos lleva a pagar una tasa muy alta por el financiamiento del resumen.

Como todo es una cuestión de hábitos y a nuestro cerebro le encanta que los generemos, será bueno destinar un momento del dia a efectuar el registro de los gastos. Por ejemplo, podriamos todas las mañanas anotar los gastos del día anterior; o por las noches los gastos del día antes de acostarnos.

Anotaremos todos y cada uno de los gastos por mas insignificantes que parezcan. Si, hasta la golosina que compramos en el kiosco de pasada. Esos gastos que parecen menores, al sumarlos quizas terminen siendo una sorpresa (y no grata). Estos gastos que muchas veces terminan consumiendo parte de nuestro ingreso sin que nos demos cuenta los llamamos “gastos hormiga”, y son esos gastos que acaban sorprendiéndonos cuando los vemos totalizados en el presupuesto mensual, y ni que hablar en el anual.

La forma en que recopilaremos la información será la que nos quede más cómoda. Anotar en un cuaderno, en una app, o en un excel en la computadora. Nos inclinamos por el excel dado que permite un mejor tratamiento y exposición de la información.

 

Comencemos ahora con la fase de ORDEN y CLASIFICACIÓN. Como primer paso deberemos ponerle nombre a cada una de las categorías y subcategorías que integran nuestro presupuesto.

Empezamos por los ingresos. Mes a mes vamos a tener una linea destinada a colocar nuestro ingreso NETO fijo, en otra linea debajo expondremos nuestros ingresos NETOS variables y por último los ingresos generados por inversiones.

Vamos ahora con los gastos. Como dijimos, el primer paso será separar entre dos grandes categorias de gastos: Fijos y Variables. Dentro de los gastos fijos pondremos una linea para cada uno de ellos: alquiler, expensas, luz, gas, agua, patente, seguro, teléfono, internet, cable, colegio de los niños, obra social, alimentos básicos, tarjeta de crédito, etc.

Hacemos lo mismo con los gastos variables, con una linea para cada uno de ellos: salidas, kiosco, suscripciones, delivery, regalos, etc.

Una vez que le pusimos nombre a cada una de las categorias, el paso que sigue es CLASIFICAR. Al clasificar lo que hacemos es vincular la fase de recopilación de la información con esta segunda fase, ya que toda la información que obtuvimos la vamos a anotar en cada una de las lineas correspondientes.

Importante: El presupuesto puede ser individual o familiar. Todo esto que planteamos para un individuo se puede hacer tranquilamente para una familia agregando lineas por cada integrante de la casa.

Llegó el momento de PRESUPUESTAR. Anotaremos en cada línea de ingreso/gasto, y por cada mes del año, lo presupuestado y lo realmente ejecutado. Expondremos un subtotal de ingresos, otro de gastos (discriminando entre fijos y variables), para terminar con una línea final de Saldo Final Proyectado.

 

Nuestro toque: NUNCA DEBEMOS ABANDONAR LA IDEA DE PAGARNOS A NOSOTROS MISMOS PRIMERO. TAL COMO DEFINIMOS AL AHORRO, ES AQUELLA PARTE QUE DESTINAMOS PRIMERO DE NUESTRO INGRESO PARA PAGARNOS A NOSOTROS MISMOS, Y CON LO QUE QUEDA AFRONTAR TODO LO DEMAS. DADA ESTA DEFINICIÓN, NO PODEMOS DEJAR AL AHORRO PARA EL FINAL, POR ESO ENTONCES COLOCAREMOS UNA LINEA INMEDIATAMENTE DESPUES DE LOS INGRESOS (Y ANTES DE LOS GASTOS), QUE DIGA “AHORRO”. EN ESA LINEA PONDREMOS EL PORCENTAJE DEL INGRESO QUE VAMOS A PAGARNOS A NOSOTROS.

SI VEMOS QUE EL SALDO FINAL PROYECTADO DE LA ÚLTIMA LINEA DEL PRESUPUESTO SIGUE ARROJANDO UN SALDO A FAVOR CONSIDERABLE, ESTAMOS EN CONDICIONES DE AUMENTAR ESE PORCENTAJE DESTINADO A LA LINEA DEL AHORRO

 

Por último, la etapa del SEGUIMIENTO. Una vez sumados los ingresos y los gastos, y habiendo contemplado el porcentaje a pagarse a uno mismo en concepto de ahorro, resta verificar que el saldo final resulte siempre un valor positivo. De no ser así, es señal que estamos excedidos en nuestros gastos en relación con nuestra generación de ingresos.

Seria un error alterar el porcentaje de ahorro para que los números acaben dando. La función de un presupuesto es conocer en qué estamos gastando nuestro dinero para ser más eficientes, reducir nuestro margen de ahorro sería sin dudas la decisión menos eficiente de todas.

Si el número final no da positivo, o da un positivo muy ajustado es que debemos dar un vistazo crítico a los gastos. Comenzando por supuesto por los gastos variables. Todo gasto variable que pueda reducirse o eliminarse podrá automáticamente pasar a engrosar la línea del ahorro. Línea que va a estar destinada a cumplir nuestras metas, objetivos y sueños de largo plazo.

Así es que revisaremos por ejemplo si mantenemos suscripciones de diarios, revistas o páginas web que nunca leemos; abonos de servicios que utilizamos muy poco y quizás puedan reducirse o cambiarse de plan; compras innecesarias que solo fueron hechas para “aprovechar” promociones; excesos de delivery, salidas, etc.

Si vamos a llevar un presupuesto debemos hacerlo a conciencia y el seguimiento debe convertirse en hábito, sino no tiene ningún sentido su implementación.

Es importante que el control del presupuesto lo vayamos viendo semana a semana, de esta manera al promediar el mes ya tendremos un vistazo rápido de cómo lo venimos ejecutando en cada línea de gastos. Esto nos ayudará a tomar decisiones anticipadas antes de que acabe el mes. Por ejemplo, si la línea presupuestada para delivery ya lleva ejecutada casi toda la suma prevista cuando solo estamos a mitad de mes, eso nos servirá para saber que debemos ajustar los pedidos por los días que quedan de modo tal de no pasarnos de lo previsto.

 

Para reforzar los conceptos vistos dejamos a continuación, a modo de ejemplo, lo que sería un presupuesto personal:

 


 

Se trata de un ejemplo sencillo con el objeto de mostrar la estructura que debe tener un presupuesto. La mayoría de las veces cuando vemos presupuestos personales nos encontramos con que la línea del Resultado Final es la que refleja el AHORRO del mes. Como tantas veces decimos, hacer esto es darle un lugar secundario al ahorro. Preferimos darle un papel central porque entendemos que MEJORAR NUESTRO MARGEN DE AHORRO ES LA BASE DE LA FORTUNA. De esta manera, pagándonos primero a nosotros mismos, si la línea del resultado final no arroja un valor positivo lo que debemos hacer es actuar sobre las líneas de gastos variables y nunca sobre el ahorro.

Los gastos con Tarjeta de Crédito

Los gastos pagados con tarjeta de crédito deben tener un cuidado y atención especial. Alguna vez en otro articulo mencionamos un experimento que demostraba que cuando se paga con tarjeta de crédito, inconscientemente se esta dispuesto a pagar una suma mayor que si lo hiciéramos en efectivo. Pagar con dinero prestado parece ser mucho más fácil, y menos visible, que hacerlo con dinero propio. Quienes no leyeron nuestro artículo sobre el uso eficiente de los medios de pago dejamos aquí el enlace.

La tarjeta de crédito muchas veces suele “ocultarnos” en qué se va nuestro dinero. Si nos pusiéramos a sumar del resumen de la tarjeta todos aquellos gastos que no son necesarios, seguramente nos llevaríamos una sorpresa al ver el valor final. Y respecto a la tentación de comprar en cuotas en épocas inflacionarias atención… cada compra cuando se la piensa de manera individual termina siendo un “negoción”, pero a medida que mes a mes comienzan a llegar los resúmenes y cada cuota se suma a las anteriores, el saldo total a pagar incluye todas esas cuotas haciendo que cada vez nos quede menos para el ahorro.

Llevar un control de las cuotas a pagar de la tarjeta de crédito es un ejercicio que vale la pena. Si no vamos a llevar un presupuesto integrado, por lo menos llevemos el de los pagos con tarjeta.

 

Para terminar

No todos estamos preparados para llevar un presupuesto. Muchas veces resulta una carga, nos lleva tiempo que quizás no tenemos, o simplemente porque carecemos de la regularidad de anotar todos nuestros gastos. Conocida esta situación es que insistimos una y otra vez con la importancia de ahorrar primero antes de efectuar los gastos. Y esta suma que apartamos de nuestro ingreso ni bien lo obtenemos, deberá ser colocada en una cuenta o lugar aparte. Si dejamos ese porcentaje en la misma cuenta donde recibimos nuestro ingreso, aún con la intención de no gastarlo, siempre surgirá algún débito automático, regalo, salida de último momento, etc., que no había sido contemplado y acabará consumiendo todo o parte de esa suma que iba a ser originalmente destinada al ahorro. La promesa de “el mes que viene empiezo” ya sabemos cómo termina.

Canalizar nuestro ahorro de forma inmediata a una cuenta o activo diferente nos permitirá cumplir con nuestra meta de ahorro. Luego solo quedará dar un salto de calidad con ese ahorro y ponerlo a invertir. Como en casi todo, es una cuestión de hábito que comienza con una decisión.